ABANDONO

Parecía que la via del tren y la fábrica le esperaban impacientes. Era su premio a la tenacidad. La fábrica aguantaba impasible el paso del tiempo, desde que alguien cerró aquel candado para no volverlo a abrir, mientras que la vía se resignaba al paso periódico de la máquina metálica cada hora, pero tan solo era eso, el paso. El tiempo había hecho mella en sus estructuras, pero cuando cada día aparecía él, con su saxo comprado con marcos del siglo pasado, todo entraba en armonia. Mi coche le molestaba para poner su silla, y ciertamente era así. Aquel extraño en ese momento no era bienvenido. El grupo no aceptaba a nadie más, era su instante de gloria. Aunque la música era apenas reconocida, esas notas entrecortadas provendrían de una enfermedad nerviosa seguramente. Sin embargo, el conjunto era armónico. Cada uno en su papel, la vía, la fábrica y él, formaban una extraña combinación, que resultaba agradable. Incluso entrañable.

Acabada la primera obra, no me resistía a querer formar parte de ese momento. Mi dedo y mi cámara estaban tan compenetrados que posiblemente acabaran una tarjeta en ese tiempo. Con un gesto no muy amigable, me dejó unos minutos para contarme que en su época, en el sur, era profesor de música. Desgraciadamente, también en su época tuvo que emigrar, para poder pagarse sus estudios musicales, y precisamente no trabajando en su vocación. Tenia mucha proyección, decía, hasta que debido una mala posición en uno de sus trabajos, tuvo que perder dos dedos de sus manos. A partir de ahí sus ilusiones quedaron truncadas. 



El resto, hasta hoy, queda en su memoria. Ahora disfruta cada día de su afición, junto a un antigua fábrica y una vía de tren. 

Con esta pequeña introducción, os propongo una humilde exposición fotográfica. A partir del día 15 de mayo presento mi primera exposición individual en el Restaurante L'Hellín, en Xàbia. 15 imágenes de un proyecto que denomino ABANDONO, en el que he invertido bastante tiempo y viajes, y del que me atrevo a extraer una serie para enseñarla. ABANDONO tiene que ver con un proceso. Un proceso que empieza con una idea, se materializa en edificios, útiles, instrumentos, etc, y acaba en soledad. Muchos de esos edificios, por ejemplo, que se han creado con enormes ilusiones y mucho esfuerzo, poco a poco van dejando de ser útiles, hasta que llegan a su desuso, y quedan ahí, formando parte del paisaje, sin más utilidad que el de pasar desapercibidos. Esos espacios o instrumentos, un día fueron parte integrante de la vida de muchas personas, y de repente, en menos tiempo que el que se tarda en crearlos, las personas y sus actividades para las que fueron creados, desaparecen dejándolos olvidados. Sin embargo, las experiencias y energias en ellos depositadas, posiblemente hayan quedado impregnadas en sus paredes o en su maquinaria.  Merecen al menos, una mirada.

Tengo que dar las gracias a Francisco Català, por su empujoncito y ayuda, y por esos líos en los que me mete. 

Comentarios

Entradas populares