LA SIESTA

Parecía que Agueda vivía para ese momento. Las dos horas previas a la comida eran un ir y venir frenético. "...nene, ves a Morillas y al volver pasas por lo de Juan Ramon... Acuérdate de llevarte la botella para que te la cambien...". 

Mientras duraba ese momento de ausencia del jugueteo en la calle, Agueda ya tenia preparados los fuegos, separados y aderezados los elementos, preparada la mesa y limpia la vajilla, eso sí, en aquel cuartucho de superficie similar al que ocupa un lavaplatos hoy en día.

Era un revuelo, sube al altillo a por salazón, baja al corral a por huevos, prepara el agua para el porrón en la fuente, monta el mantel y la mesa, etc, etc, etc.

Cuando poco a poco la calle iba quedándose vacía de pelotazos y chillidos, sabías que la mesa estaba a punto. Con las manos limpias, (era de obligado cumplimiento), nos sentábamos a disfrutar de la comida y también a oír el debate entre mayores, un debate íntimo y familiar que duraba lo que duraba el tránsito de los alimentos al estómago de cada cual, ya que en los días de trabajo, la sobremesa era casi casi nula (ya se sabe, al hombre pobre, el sol se le pone). Luego volvía el revuelo. Las costumbres del momento, hacía que este revuelo corriera a cargo de Agueda, mientras que los del trabajo duro y la niñería se retiraban cada uno a su sitio preferido, en ese momento en que se prohibía salir a la calle (en el sur, la siesta y el sol justiciero de esas horas, eran leyes no escritas que todo el mundo respetaba). Ese momento cada uno lo vivía a su manera, pero Agueda lo vivía dejando la estancia impecable. Una vez acabada la limpieza, la recuerdo sentada en una silla de mimbre junto a la mesa y con los ojos cerrados. En el centro de la mesa siempre el mismo centro con flores naturales sobre un mantel bordado por ella misma, y toda la estancia inundada de un olor limpio producto del jabón casero. 

Ese preciso momento, de silencio y serenidad, se me ha quedado grabado en la memoria. Son esos momentos en los que realmente no nada pasa, pero en los que notas mucha energía, energía positiva.