"ANIMAS BENDITAS...

...Que las ánimas te den tu premio...". Esta plegaria calienta, en el sentido más amplio de la palabra, los fríos días en la localidad de la Puebla de Don Fadrique, ubicada en el altiplano granadino, a los pies de la Sierra de la Sagra, cuando celebran sus fiestas más tradicionales y conocidas, las Fiestas de las Ánimas y Cascaborras, que se celebran entre el 24 y 29 de diciembre de cada año. Lo primero que llama la atención de estas fiestas, es el propio nombre de las mismas. ¿Qué es un Cascaborras?. Hoy en día es fácil acceder a casi todo tipo de información, pero siempre es interesante ponerse a bucear en costumbres que para uno son desconocidas, hasta el momento en que se descubren. 

Los cascaborras tienen su origen en el siglo XV, cuando en un lugar llamado entonces Bolteruela (actual Puebla de Don Fadrique), se fundaron unas milicias con este nombre. Estas milicias tenían la obligación de imponer el orden, (mediante un instrumento tan sencillo como un palo al que se le une una cuerda con una bolsa llena de tierra en su extremo final, y que usaban a modo de látigo. Instrumento que recibe el nombre de CASCABORRA), en aquellas tierras recientemente conquistadas a los reinos árabes. Generalmente eran personas de origen humilde, y se organizaban en grupos de 4-5 personas turnándose periódicamente sin recibir remuneración alguna. A cambio se les permitía pedir limosna, para poder subsistir y se les autorizaba a "calentar" con la cascaborra a todo aquel que no proporcionaba los óbolos establecidos, así como a aquellos moriscos que debían abandonar sus pertenencias si no respetaban la fecha acordada. 

Con respecto al origen de la fiesta de las Ánimas, se remonta al siglo XVI, cuando la Hermandad de las Ánimas, por medio de integrantes de la 4ª Casa de Alba, consiguieron el beneficio, otorgado por el entonces regente de España, Cardenal Cisneros, que las limosnas recogidas fuesen a destino de rezos y sufragios de las "benditas ánimas del purgatorio". Se les permitía hacerlo en las vísperas de la natividad de Cristo, coincidiendo con las celebraciones de los Cascaborras. 

Era lógico, pues, que la Hermandad de las Ánimas y los Cascaborras acabaran uniéndose para compartir las fiestas. No hay fiesta sin música ni sin imágenes religiosas, al menos en la mayor parte de nuestra piel de toro, por lo que la Hermandad y los Cascaborras, se hacían acompañar por costaleros y música de cuerda, siempre en compañía del estandarte de la Virgen del Carmen, haciendo el recorrido por las calles de la población. Esta tradición que aún se conserva, tuvo un paréntesis durante la invasión Napoleónica, en el siglo XVIII, pero vuelve a renacer con fuerza durante el reinado de Fernando VII, y se mantiene hasta los días de hoy, manteniendo los cargos y atuendos típicos, en colores negros (alcalde, ministros y secretarios) de la época napoleónica. Son los llamados Inocentes, mientras que en los atuendos de los Cascaborras (únicos autorizados en usar el instrumento análogo), más coloridos, se diferencian dos colores, en rojo, son los que se ceñían a la recogida de prebendas en el pueblo, mientras que los verdes, son los que recorrían la Sierra.

A día de hoy, la función de los Cascaborras es la de pedir aguinaldo a los visitantes y habitantes de la Puebla, cuya recaudación se entrega a la Hermandad de las Ánimas, y ésta la dedica a realizar acciones sociales con los más necesitados. Importancia capital tiene, por su sentido simbólico y religioso, el trabajo de la Cuadrilla de Músicos de Ánimas, que acompañan al estandarte de la Virgen del Carmen, recorriendo todas y cada una de las casas de la Puebla, interpretando piezas y villancicos típicos. Como curiosidad, cabe indicar que en ningún momento de los días en que el estandarte de la Virgen del Carmen transita por las calles, puede ni debe apoyarse en el suelo. 

Destacan en las Fiestas de La Pascua, como también se les denomina, dos bailes tradicionales, uno que se celebra en la Placeta de San Antón el día 27, y otro en la ermita del Santo Ángel, que tiene lugar el Día de Los Inocentes, el día 28 de diciembre. Este día también tiene lugar la entrada de La Puerta de Caravaca, en la que los mozos del pueblo se empeñan, a veces con inusitada violencia, en tiznar con huevos, pintura, etc a los Cascaborras, a riesgo de recibir, los primeros, el correspondiente correctivo por parte de estos últimos.

Sin duda las fiestas populares tradicionales, son una muestra característica de la cultura e identidad de los pueblos. Resumen elementos socioculturales y hasta incluso económicos, que son reflejo de una época, y reflejan la personalidad de una zona. Además, ofrecen una salida a la cotidianidad a veces tan dura en según que zona se trate.


27 diciembre 2022











28 diciembre 2022 Dia de los Inocentes

Baile en el Santo Ángel





Entrada Puerta de Caravaca








































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